La espasticidad es un trastorno motor que se caracteriza por un aumento del tono muscular y una resistencia aumentada al estiramiento pasivo de los músculos. En otras palabras, los músculos afectados permanecen tensos y rígidos, lo que dificulta el movimiento y puede causar espasmos o contracciones involuntarias. Se observa con mayor frecuencia en niños con parálisis cerebral, actualmente denominada Encefalopatía Crónica no Evolutiva (ECNE).
Las causas más comunes son la prematurez y la hipoxia perinatal. El tratamiento se planifica de manera individual, en conjunto con equipos de Fisiatría, Kinesiología y Neuroortopedia.
Las opciones terapéuticas incluyen medicación oral, toxina botulínica y, en casos seleccionados, tratamientos quirúrgicos. Las cirugías más utilizadas son la rizotomía dorsal selectiva y la implantación de bombas de baclofeno.