La afectación traumática del sistema nervioso periférico (SNP) es una patología que afecta a todos los grupos etáreos. Generalmente dicho trauma es producido en accidentes de tránsito de vehículos a motor, aunque en menor medida se puede atribuir al trauma penetrante, caídas de altura y otros accidentes. Se estima que las lesiones de nervios periféricos en las extremidades se encuentran entre un 2 o 3% de las admisiones en centros de trauma, ascendiendo al 5% si se incluyen a los plexos nerviosos.
El miembro superior es el mayoritariamente afectado, siendo el nervio radial el dañado con más frecuencia, seguido por el cubital y luego el nervio mediano. Dentro del miembro inferior, con mayor asiduidad de daño se encuentra al nervio ciático, seguido por el peroneo y en mucha menor frecuencia el tibial y el femoral. Asimismo el nervio facial puede lesionarse en fracturas de base de cráneo.
Las lesiones del sistema nervioso periférico se encuentran hasta en un 60% asociadas a politrauma, y entre un 10 a 34% del trauma encefalocraneano se asocia a lesión del SNP. Ello representa un desafío diagnóstico, ya que la evaluación de los nervios periféricos resulta muy dificultosa en un paciente que no se encuentre lúcido, entendiendo como esto al grado máximo de nivel de conciencia. Asimismo un daño en el sistema nervioso central puede solapar o confundir la interpretación diagnóstica de una injuria en el SNP.
La afectación de los nervios periféricos redunda en discapacidades que impiden o demoran el regreso a las actividades diarias. Asimismo conlleva un riesgo elevado de nuevos traumatismos como caídas o accidentes domésticos.